Grandes comercios chinos han logrado la expansión como pólvora en el país
Santo Domingo.-La inversión de los extranjeros de nacionalidad china en el comercio local experimenta un crecimiento exponencial, sin embargo, esta penetración en el mercado es señalada como aprovechamiento de las debilidades regulatorias del país.
Al desplazarse por diferentes zonas no sólo del Gran Santo Domingo sino de algunas provincias del país, se hace evidente la proliferación de comercios chinos en grandes extensiones de terreno.
Ya no se trata de espacios pequeños como las tiendas de ropa, picapollos, cabañas y moteles, que se solían ver con frecuencia años atrás y que eran de capital chino; ahora las ventas se han extendido hacia diferentes áreas y los lugares tienen dos niveles o más, además de estar ubicados en zonas estratégicas para el comercio, es decir, ya no se limitan a zonas como la Duarte o San Martín que son una parte comercial clásica.
“Hoy los vemos en todas las provincias de República Dominicana y, sobre todo, tienen una presencia con unas cantidades de superficies de metros cuadrados, que compiten ya con tiendas y grupos comerciales grandes y tradicionales de nuestro país”, precisó Jennifer Troncoso, directora ejecutiva de la Organización Nacional de Empresas Comerciales (ONEC).
Y es que actualmente su cartera de productos ha aumentado, por lo que cuentan con grandes plazas en las que venden ropa, calzados, plásticos, así como artículos ferreteros, para el hogar (sean estos muebles, cristalería), electrodomésticos, autoadornos, cosméticos y más.
Esto hace que más personas visiten estas tiendas, por entender que encuentran precios más bajos que en los negocios tradicionales.
“Yo fui a comprar un carrito para mi nieto, que me costó 5,000 pesos donde los chinos, pero en una de esas normales, el mismo juguete costaba como 8,000 pesos. Me ahorré ese dinero”, expresó Carlos García.
Con la cuestión de los precios, Troncoso alegó que la diferencia en algunos precios se debe a que no están pagando impuestos y no tienen las mismas cargas laborales.
Como carga laboral citó que el 22 % del salario de sus empleados va a la Tesorería de la Seguridad (TSS) y el Instituto de Formación Técnico Profesional (Infotep) y “ellos no pagan eso; al final yo se lo tengo que sumar a mis productos de alguna manera”. De ahí, según comentó, que estos puedan tener precios más baratos que los comercios tradicionales.
Cumplir normativas
Esta situación ha sido percibida por comerciantes dominicanos como una competencia desleal, pues indican que algunas obras comerciales no cumplen con las normativas establecidas por el país para su construcción.
Para investigar la situación, la ONEC buscó al urbanista Omar Rancier, quien estudió de manera específica la construcción ubicada en la avenida Gregorio Luperón, donde encontró numerosas violaciones de las normas municipales, especialmente con el tema de estacionamientos.
Detalló que con el tema de los estacionamientos, por ejemplo, tomando en consideración el tránsito en la Luperón, se recomienda que no haya parqueos frontales, pero sigue presentando un déficit mayor.
“Lo más grave es que se aprobó un proyecto de dos niveles y están haciendo un proyecto de cinco niveles, básicamente eso fue lo que encontramos”, destacó.
A esto añadió como un tercer problema, el tema de las pocas salidas de emergencias que tiene un local tan grande como ese que se está construyendo en la Luperón.
Rancier consideró que en términos de un proyecto que se está desarrollando y que haya sido aprobado por ellos, deberían ser responsables y darle supervisión para que se construya lo que se aprobó.
Troncoso dijo que para construir se les exige el más mínimo detalle, pero que a ese sector no.
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