La cardio-oncología cuida el corazón de los pacientes oncológicos


La cardio-oncología es la subespecialidad más joven dentro del área de la cardiología, la cual viene a robustecer el cuidado cardiovascular e integral del paciente sumándose a otras ramas como la electrofisiología, hemodinamia, medicina deportiva, cardiología pediátrica, entre otras.

El interés de este campo es el estudio, detección temprana y manejo de las complicaciones relacionadas al tratamiento en el corazón, tanto en su estructura, así como en su funcionamiento.


Luis Martín Jiménez, cardiólogo de los Centros de Diagnóstico y Medicina Avanzada y de Conferencias Médicas y Telemedicina (Cedimat), explica que ya era conocido que los efectos secundarios de la radiación y la quimioterapia afectaban otras partes del cuerpo, siendo emblemática la caída del pelo, pero en los últimos años se ha documentado debidamente las consecuencias adversas de estas modalidades de tratamiento oncológico a nivel cardiovascular, por lo que esta subespecialidad surge como una necesidad.

Además, debido a que los pacientes oncológicos han aumentado los factores de riesgo y condiciones cardiovasculares relacionadas a la edad; es decir, personas que sobreviven al cáncer o sobrepasan los cinco años posdiagnóstico, podrán debutar con patologías como hipertensión arterial, arritmia cardíaca, enfermedad arterial coronaria e insuficiencia cardíaca, entre otras.

“Los efectos secundarios aparecerán en función de la modalidad del tratamiento elegido, el tipo de cáncer y otros factores de riesgo propios de cada paciente como edad, sexo y la preexistencia o no de antecedentes cardiovasculares”.

El especialista afirma que hoy en día se dispone de herramientas diagnósticas y protocolos probados útiles para detectar en fase precoz (durante el inicio del tratamiento oncológico) los posibles efectos deletéreos a nivel cardiovascular que pudieran dificultar y/o impedir el curso normal del manejo del cáncer.

“En consecuencia, el objetivo principal de la cardio-oncología es dar soporte ante la ocurrencia de complicaciones cardiovasculares para que el paciente pueda continuar el manejo del cáncer a través de intervenciones farmacológicas y de seguimiento.

Es decir, detectar complicaciones cardiovasculares para detener el tratamiento del cáncer, sino todo lo contrario, es ayudar a continuarlo, o en algunos casos posponer hasta compensar o subsanar la complicación y luego proseguir combatiéndole”, refiere.

Martín dice que existe el consenso de que todo paciente oncológico antes de iniciar el manejo de una neoplasia, debe ser evaluado por un cardiólogo (cardio-oncólogo), este dé seguimiento durante el desarrollo de los ciclos de tratamiento y posterior a la finalización de estos.

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En el país, específicamente en Cedimat, que es la institución pionera en establecer un servicio de cardio-oncología y en mantener un registro con fines de investigación; como tal, a la fecha, se cuenta con casi un millar de casos y se han presentado sendos trabajos clínicos en el congreso norteamericano del American College of Cardiology.

El especialista señala que esta subespecialidad no juega un papel aislado, más bien es parte de un equipo multidisciplinario en el cuidado del paciente, compuesto por el oncólogo clínico, cirujano oncólogo, oncólogo especializado en radiación, nutricionista, salud mental, cuidados paliativos, entre otros.

Toda persona con diagnóstico de cáncer debe ser manejada en este conjunto siendo necesario el seguimiento a corto y largo plazo; previo al inicio del tratamiento (quimioterapia, radiación, cirugía), el cardio-oncólogo debe valorar el paciente de manera comprensiva.

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