Más de 1,5 millones de niños afectados en Honduras por efectos de Eta y COVID-19
Tegucigalpa.- Más de 1,5 millones de niños hondureños están expuestos a los daños provocados por las inundaciones que dejó la depresión tropical Eta a su paso por Honduras, donde 57 personas murieron y más de 1,8 millones han sido afectadas, además del impacto de la pandemia de coronavirus, alertó este lunes Unicef.
El jefe de la unidad de Comunicaciones de la agencia de la ONU, Héctor Espinal, dijo a Efe que más de 1,5 millones de niños son afectados en Honduras por los efectos de Eta y el cierre de los centros educativos debido a la pandemia de la covid-19.
Según cifras oficiales, el cierre de los centros educativos por el coronavirus ha provocado que más de 850.000 niños hondureños no reciban clases, principalmente los del área rural, porque no tienen un ordenador, ni internet, para llevar las clases a distancia y de manera virtual.
Espinal indicó que la falta de clases presenciales es el “impacto más grande” a mediano y largo, porque la presencia de los menores en las aulas de clases “es vital” para su vida.
“Son niños y niñas que se ha marchado de la escuela, han vuelto a su casa y ese entorno cambia dramáticamente la vida de los niños, a esa cantidad de niños (fuera) del sistema educativo, le estamos sumando los 650.000 que han sido afectados directamente por Eta”, explicó.
Los 650.000 menores de edad afectados por Eta, que dejó destrucción y muerte en Centroamérica, pueden sufrir síntomas psicoafectivos, ya que son los que “más sufren en sus sentimientos, su recuperación es lenta y requiere de mucho profesionalismo y de estar con ellos, acompañarlos”, enfatizó.
GARANTIZAR ACCESO A AGUA POTABLE PARA EVITAR ENFERMEDADES
Sin embargo, en el contexto que Eta ha afectado al país centroamericano, donde se reportan hasta ahora 57 fallecidos, lo más importante “es salvar vidas”, señaló el jefe de Comunicaciones de Unicef.
Por otro lado, Espinal considera que otro gran problema es la falta de acceso agua potable en las zonas afectadas por el fenómeno natural, lo que podría provocar que muchos niños enfermen.
“Es vital que nuestros niños y niñas tengan agua pura y segura”, para evitar enfermedades como la diarrea y otras enfermedades que afectan la vida de la infancia, lo que es necesario que las autoridades provean el líquido en los albergues temporales que han habilitado para los damnificados, subrayó el funcionario de la agencia.
El 70 % de la población de Honduras, unos 6,3 millones de personas, tiene acceso al agua, pero no toda es segura para el consumo, mientras el 30 %, unos 2,7 millones de personas, usa el líquido de fuentes superficiales, es decir, que utilizan agua de ríos, quebradas o pozos subterráneos, según cifras de la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente de Honduras (MiAmbiente).
Unicef también destacó la importancia de que las autoridades den una “pronta respuesta” orientada a que los menores retornen al hogar con su familia y puedan “alir rápidamente” de los albergues temporales.
Las autoridades deben proveer a las familias, especialmente a los niños, agua y saneamiento, garantizar la educación virtual y presencial de “calidad y calidez”, y el retorno de los menores a sus hogares, señaló Espinal.
COVID-19 PODRÍA INCREMENTARSE EN ALBERGUES
Los contagios por coronavirus se pueden incrementar debido a los centenares de damnificados en albergues, porque mantener el distanciamiento físico y social “es muy difícil” por las condiciones de infraestructuras del alojamiento, advirtió el funcionario de Unicef.
“Requerimos el apoyo constante de la comunidad, el Estado de Honduras, medios de comunidad internacional y la comunidad internacional para poder asegurar que nuestras niñas y niños y sus familias estén seguros de agua pura y segura” para evitar enfermedades contagiosas y un alza en el número de contagios por covid-19, subrayó.
Honduras reporta hasta 2.751 muertos y más de 100.000 enfermos a casi ocho meses desde que fueron confirmadas las primeras dos personas contagiadas.
Unicef trabaja en al menos 37 municipios hondureños en un plan de respuesta humanitaria a través de servicios de salud mental y apoyo psicosocial, beneficiando a unas 2.000 niños y adolescentes y sus familias.
También ha puesto a disposición de Honduras 16.000 dólares para apoyar la instalación inmediata de tres refugios de emergencia en la ciudad de Puerto Cortés, en el Caribe, que albergarán a unos 400 menores de edad y sus familias, según un comunicado de la agencia de la ONU.
Espinal indicó que la “contribución más grande” en el contexto de la emergencia que sufre Honduras por Eta ha sido la gran movilización de las personas, especialmente los jóvenes, de quienes dijo que Unicef se siente “orgullosa”.
Eta ha dejado más de 1,8 millones de personas afectadas en Honduras, 68 comunidades incomunicadas, miles de hectáreas de cultivos destruidas y más de un centenar de carreteras dañadas.
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