Las falsas alarmas que han causado pánico en la embajada de EE.UU. en el país

SANTO DOMINGO. No es la primera ocasión que en la embajada de los Estados Unidos en el país ocurre un incidente que altera la tranquilidad de sus cercanos, aunque en los últimos años han sido escasas.

A propósito del suceso de la mañana de este viernes en el que decenas de personas que se encontraban en el referido edificio sufrieron un gran susto luego de que una yipeta penetrara bruscamente hasta la barrera que protege la entrada, Diario Libre hace un recuento de acontecimientos similares en el lugar en los últimos nueve años.

En enero de 2009 el personal de la embajada fue puesto bajo estado de alerta durante una hora, luego de que fuera detectado un polvo blanco en un paquete depositado en el centro de correos de una dependencia de la misión diplomática. No hubo evacuación pero aplicaron un protocolo que siguen cuando se presentan situaciones de este tipo en edificaciones e intereses norteamericanos.

A raíz de la muerte del terrorista Osama bin Laden, en mayo de 2011, la Policía Nacional reforzó la seguridad de la embajada norteamericana como medida preventiva.

Dos meses después el pánico volvió a la embajada cuando un indigente dejó una funda negra frente a esta y provocó que el personal fuera evacuado por varios minutos hasta que el personal de seguridad y expertos en explosivos comprobaran que se trató de una falsa alarma.

En diciembre del mismo año, la Policía dominicana debió reforzar la vigilancia alrededor de la embajada luego de que la delegación diplomática recibiera vía telefónica, una amenaza de bomba que posteriormente se determinó que también se trató de una falsa alarma.

Este viernes de acuerdo con testigos, una mujer de unos 50 años, aún no identificada, que conducía una yipeta subió la acera de manera violenta y se dirigía hasta la entrada de la institución diplomática cuando frenó justo antes de chocar con la barrera de protección creada por unos pilotillos, luego “salió hablando varias cosas en inglés” hasta que llegó la seguridad y pudo someterla a la obediencia.