Nuestra Zona Colonial... Patrimonio de la humanidad

SANTO DOMINGO.- Más de 500 años preceden  la Ciudad Colonial de Santo Domingo,  punto de encuentro entre las culturas del Viejo y Nuevo Mundo y con ello una infinidad de vivencias y riquezas culturales e históricas y porqué no... Una muestra fiel de la victoria ante los desafíos que nos enriquecen como pueblo y nación.

Cada una de sus calles nos hablan de su historia y  vivencias, sus muros e infraestructura  se muestran imponentes, con el orgullo de saberse erguidos, atravesando siglos, hablándonos de la riqueza histórica y cultural que les proporciona el haber sido el génesis de lo que hoy conforma el continente americano.

Y es que no es para menos, nuestra Ciudad Colonial era la metrópolis, la capital de la antigua Española y de los territorios más adelante descubiertos...nuestra ciudad es… “La Primada de América”.

La Ciudad Colonial fue fundada por Bartolomé Colón el 5 de agosto de 1496 en la parte oriental de la desembocadura del río Ozama y trasladada luego al lado occidental en 1502 por Nicolás de Ovando, siendo la primera ciudad a la que la Corona Española otorgó la Carta Real y sede central de la administración del Nuevo Mundo.

En su trayectoria ha tenido que enfrentar múltiples acontecimientos, pero definitivamente nació para quedarse, por lo que el haber sufrido el ser la capital de diferentes nacionalidades y enfrentar diversas condiciones políticas no restó su gallardía.

Nació como la primera corte virreinal española en América, pasó a ser capital de una isla de posesión francesa de la que se logró una independencia efímera, luego vivió tiempos oscuros y tristes al verse dominada por los haitianos contra los cuales se tuvo que luchar hasta lograr la independencia nacional en 1844.

Poco después me la imagino siendo una de las fuentes de inspiración para que con orgullo patrio se tuviera que vivir la experiencia de luchar por la Restauración de nuestra patria contra los españoles, hasta establecerse desde el año 1865 la República Dominicana, libre e independiente que hoy tenemos y mostrarse ante el mundo como la Zona Colonial de Santo Domingo, Patrimonio de la Humanidad.

Cuando vemos nuestra historia y cómo nos hemos sostenido desde el descubrimiento, pienso que desde el mismo momento de ser nosotros el primer punto de encuentro entre dos mundos, y a pesar de las barbaries que sufrieron nuestros ancestros taínos y por todo lo que hemos pasado como nación,  hemos sido especiales para Dios, confirmándose esto en ser el único país en tener  en el escudo de su bandera,  la Biblia y las palabras “Dios, Patria y Libertad”.