Boyhood": una película visionaria de 12 años de filmación

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Eso es algo que quizás suene raro, pero de esa manera ha creado un nuevo tipo de cine experimental que modifica las reglas del intervalo del plano, y la cámara es el único narrador omnisciente que divide la delgada línea entre el tiempo de la ficción y el tiempo de la realidad.
Y lo vemos cuando atina un nuevo ritmo narrativo para capturar la vida de Mason (Ellar Coltrane) desde ser un niño risueño de seis años de edad, hasta que se convierte en un adolescente introspectivo de 18 años.
Así con el paso de las temporadas vemos como Mason se desenvuelve con su hermana, Samantha (Lorelei Linklater), y sus padres separados, Mason (Ethan Hawke) y Olivia (Patricia Arquette); el retrato de la familia norteamericana que busca sueños perdidos y se mantiene unida a pesar de los estereotipos hogareños.
Todos diálogos de estos personajes se sienten filosóficos y auténticos, y la fluidez de las escenas son acogedoras sin la necesidad de acrecentar el realismo de la puesta en escena. Eso se debe a que las actuaciones son demasiado precisas para dejar escapar los detalles.
Pero lo más especial es que ofrece un vistazo simple de la naturaleza del crecimiento humano durante diferentes etapas de la vida. Solo nos damos cuenta por la metamorfosis de los actores cuando van avejentándose con el pasar de los años junto a los cambios sociales, los aspectos técnicos, los acontecimientos históricos, y hasta las referencias de la cultura estadounidense de la última década.
Y por ahí dicen que recordar es vivir, pero "Boyhood" nos dice que vivir es recordar. Las emociones de este film son tan altas que es imposible no sentir nostalgia ni identificarse con la similitud de nuestras propias vidas. Esos instantes nos pasan por delante sin ni siquiera darnos cuenta. No se recuperan. Están en el ayer porque perpetuamente vivimos el ahora. Y ese tiempo es un punto que va y viene. No hay segundos chances para apreciar los buenos momentos que la vida arrastra en el presente.
Al hacer eso Linklater prueba que el cine no es solo una proyección en la pantalla, sino, una simbiosis que emula nuestra existencia y la transforma. Y siempre nos tiene pensando. Por esa razón, sin mucho dudar, traspasará generaciones y vivirá su periquete en la eternidad de las obras maestras.Por Yasser Medina
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